A punto del colapso

Dobleces

Era evidente que el Estado de México regresaría al semáforo epidemiológico rojo. El aumento en el número de contagios y de personas hospitalizadas hacía prever que de un día para otro se haría la declaratoria, sobre todo por el desparpajo de la población, ahíta de estar encerrada participaba en fiestas y reuniones por doquier.

Los servicios médicos de la Zona Metropolitana del Valle de México están a punto de colapsar, según testimonios de doctores y enfermeras que se oponen a las cifras oficiales sobre la disponibilidad de camas y ventiladores.

El domingo, la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum Pardo, informó que había 686 camas disponibles y otras 365 con ventilador, es decir, para la atención de los casos más graves. 

La Secretaría de Salud reportó también el domingo 6,870 nuevos contagios a nivel nacional, pero el porcentaje mayor se lo llevan el Estado de México y la CDMX. Las cifras nos pueden dar una fotografía de lo que ocurre con la pandemia. La entidad mexiquense tiene 24 hospitales saturados, no hay manera de que reciban más pacientes.

De nueva cuenta se suspenden las actividades no esenciales, por lo menos hasta el 10 de enero y con esta decisión el gobierno estatal pretende evitar la realización de reuniones familiares con más de 10 personas para que el virus no se propague más de la cuenta.

Aunado a esta decisión el gobierno estatal decidió contratar a 580 médicos y enfermeras más y reorientó hospitales para tener 126 camas más para la atención de pacientes Covid. El gobernador Alfredo Del Mazo ordenó la realización de 12 mil pruebas diarias para la detección del virus en 20 módulos distribuidos en todo el Estado.

De permanecer en el semáforo naranja, las actividades de la gente habrían rebasado con mucho la capacidad de atención del gobierno y el sistema hospitalario habría llegado a niveles de verdadera crisis, porque en este momento ya está saturado, no hay camas disponibles, mucho menos ventiladores y se ha dado el caso de que el oxígeno comercial se ha escaseado, no hay.

El problema es que el semáforo rojo, si bien detiene la presencia de la gente en las calles, pues todos los comercios no esenciales deben permanecer cerrados, ese es justamente otro problema que afectará seriamente a la entidad. Por segunda ocasión en el año fue paralizada la economía, que apenas empezaba a repuntar.

Negocios como los restaurantes, bares, gimnasios y tiendas departamentales deberán cerrar sus tiendas y los despidos de personal otra vez será catastrófico. Además, muchos pequeños negocios no podrán soportar el cierre y quizá ya no vuelvan a abrir sus puertas.

En redes sociales hicieron una encuesta, la pregunta era: ¿en su opinión, considera que es correcta esta decisión de volver al semáforo rojo epidemiológico? 84.6 por ciento de quienes respondieron, consideró que se trata de una decisión correcta y sólo 15.4% decidió que no fue prudente asumir esta decisión.

En Ecatepec, Naucalpan, Toluca y Nezahualcóyotl, municipios que concentran mayos número de contagios y de decesos, este fin de semana la policía tuvo que deshacer varias fiestas y reuniones “familiares”, en algunas hasta con 100 personas y es que la gente no entiende que es momento de encerrarse nuevamente.

Este fin de semana vimos que también los políticos están hartos de seguir encerrados. El sábado contrajo nupcias en medio de un gran fiestón la presidenta municipal de Naucalpan, sólo que para no ser criticada fue a hacer su fiesta en Cuernavaca, pues el estado de Morelos todavía está en semáforo naranja. Quizá no trasgredió ninguna norma, pero con qué cara puede decirle a sus gobernados que no salga, que se queden en casa.

También el sábado fue desposada la alcaldesa de Metepec, Gabriela Gamboa. Un día antes celebró su boda en la intimidad de la Oficialía del Registro Civil, sin más asistentes que sus testigos. Pero el sábado protagonizó tremendo fiestón en Toluca con más de 150 invitados.

Con esos ejemplos, es de suponer que la gente no hará caso de sus llamados a resguardarse, a mantenerse en casa, a respetar las medidas de prevención.