A un año de la pandemia

Ana Liza en línea

Por Mariel Álvarez Sánchez

A un año 10 días de haberse declarado al Covid-19 como pandemia y a casi un año de habernos encerrado en casa por su culpa en México, este virus no sólo tiene como víctimas a los seres humanos. Festejos, costumbres, viejas tradiciones, todo ha caído ante el bebé de un año de edad.

“¿Quiénes son los desafortunados que cumplen años en marzo?”, preguntaban en las redes sociales, debido a que tendrían que festejar en casa y sólo con la familia. El mismo meme se repitió en abril y luego en mayo…

Bueno, para no hacer el cuento largo, como por agosto dejaron de publicarlo y ahora ya fuimos todos, pues nacimos en algún mes del año, ¿o no? Pues así, se supone que dejamos de festejar los onomásticos y también debió de haber muerto la “costumbre” de soplarle al pastel, para evitar que todos los comensales prueben la saliva del cumpleañero.

Las tradiciones más afectadas fueron, sin duda, las religiosas, las católicas para ser exactos. Considerando que todos somos muy conscientes del peligro de la pandemia no hubo bautizos, confirmaciones, primeras comuniones, bodas, quince años, presentaciones y todo aquello que requería del fiestononón. Menos aún, misas de domingo.

Pero, además, las fiestas religiosas, pasando por las de los patronos de los pueblos, colonias y ciudades y después las más grandes, como la del 12 de diciembre, peregrinaciones, Día de la Virgen de Guadalupe; las posadas, la noche buena, la navidad, la misa de gallo en año nuevo; la presentación del Niño Dios el 2 de la candelaria –muy reciente por cierto-, y ahora se acerca el miércoles de ceniza.

Hemos llegado al grado que la iglesia ha optado por el “hágalo usted mismo”. El miércoles de ceniza será este año el 17 de febrero, por lo cual la Arquidiócesis de Toluca informó que se harán bolsitas con ceniza bendecida para que realicen el acto religioso desde casa. A partir del 14 de febrero podrán acudir a la parroquia que les toca, un miembro por familia y se les entregará la dotación para llevar a casa.

También les entregarán un comunicado que les indicará cómo deben hacerlo; es decir, se llevarán bolsita de ceniza con instrucciones; a esto nos ha llevado el Covid-19.

Haciendo historia:

Covid-19 llegó para quedarse. El 30 de enero se declaró la pandemia y en México, el 11 de marzo cambió nuestra forma de vida. El primer caso en México se detectó en Tlalpan, en la Ciudad de México y otro en Sinaloa.

Así, los seres humanos, con toda su tecnología, no han podido solucionar el problema de salud que nos mantiene encerrados en casa, con personas muriendo, igual que las economías, desde individuales, hasta mundiales.

Comercios cerrados, escuelas cerradas, iglesias cerradas; la vacuna representa una esperanza, pero ¿será la ansiada solución? ¿Qué hemos aprendido de la pandemia? ¿Qué haremos el día que nos digan que podemos salir de casa y hacer lo que hacíamos hace un año?