Alboroto Ediciones: Libros que descolocan al lector

Alejandro Baillet

Mónica Bergna es ilustradora, editora, soñadora y amante de las letras e imágenes, fundó Alboroto Ediciones, empresa que cuenta con libros osados que descolocan al lector para generar una reacción, asegura.

La fe de Bergna es inquebrantable y apuesta por nuevas generaciones de lectores, de niños y jóvenes que a pesar de las plataformas digitales aún sienten esa emoción de tomar un libro y viajar por cada página.

«Alboroto Ediciones«, es una empresa que cuenta con libros que descolocan al lector para generar una reacción

“Los libros de Alboroto Ediciones no están previstos para complacer a los lectores, pero que sí interactúan con ellos, los descolocan con una lectura que no es directa; tienen una primera lectura muy simple, pero son libros a los que vuelves una y otra vez porque te cuestionan sobre lo que estás leyendo.

“Te dejan recuerdos, te acompañan, queremos que el acto de la lectura sea un acto de amor, de disfrutar tu infancia, de compartirla”, relata.

Alboroto Ediciones nace en 2018 y en 2020, año donde la pandemia por Covid-19 paralizó al mundo, ganaron el Premio BOP a Mejor Editorial Infantil del Año para la región de Centro y Sudamérica durante el arranque de la edición 57 de la Feria del Libro Infantil de Bolonia, un gran logro para una empresa mexicana.

“Tengo una frase: si vas a cortar un árbol, que sea para algo bueno y qué mejor que para hacer libros.

“En Alboroto Ediciones trabajamos en equipo. Escritores, ilustradores, todos son parte de la empresa. Los temas que abordamos están enfocados en tocar temas sociales como la dictadura, el exilio, las desapariciones, la integración, la discapacidad, entre otros”, explica.

Alboroto Ediciones

Cada libro está desarrollado como álbum, pastas duras y páginas llenas de color para resistir e hipnotizar a niños aventureros que adoptan cada tomo como su amigo inseparable y más cuando descubren que por difícil que sea el tema, este es abordado desde la poesía y la estética, y Mónica resalta que el acto lector debe incluir la lectura y la contemplación de la imagen, de ahí el formato en el que están hechos.

Pandemia complica producción

La publicación de libros en México llega a ser complicada y más en una época donde se cerró todo por un virus. Sin embargo, Mónica Bergna no tiró la toalla y menos las imprentas, así que mantuvo su producción para salir adelante ella y apoyar a quienes forman parte de la editorial.

“Por la crisis sanitaria las ventas nacionales van a ser menores, para ello hacemos más libros en menores cantidades, para que se pueda vender lo que hay. Yo creo que este golpe para la humanidad es más fuerte de lo que estamos entendiendo en este momento. Hay personas que, además de perder a una persona querida, perdieron su trabajo.

«Es más importante pagar la escuela y tener comida que estar comprando libros, por muy importantes que sean. Estamos haciendo los libros para que estén ahí cuando la gente pueda comprarlos”.

Bergna vuelve al pasado, la raíz por la cual es solidaria con quienes la rodean y el punto medular de su editorial.

“El terremoto de 2017 me cambió la vida. Se cayó el edificio en el que yo vivía. Estuve a punto de morir, pensé que no iba a dejarle nada a mis hijos. Fue a raíz de eso que decidí montar una editorial con los libros que no sé si otras personas publicarían, pero para mí eran importantes. Sus temas tal vez nos son los más comerciales, pero sí creo trascendental que existan publicaciones sobre la memoria histórica, los feminicidios, la migración, las discapacidades; temas que la gente tiene miedo de abordar, cosas con las que sería difícil convencer a un editor para publicarlos”.

Mónica reunió nuevos talentos, jóvenes y experimentados, buscaba que exploraran nuevas incursiones creativas. Además, no les paga regalías, sino que genera vínculos de sociedad para cada edición.

“El público infantil es muy exigente, más que el adulto, y los temas que le interesan no necesariamente obedecen a historias masticadas para ofrecerles. El texto es importantísimo. Sin texto no hay libro, salvo cuando hay libros silentes, pero también sucede que cuando el texto sirve, pero la imagen es mala, el libro se muere”.