¿Alguien duda del calentamiento global?

Esta semana ha sido convulsionada por los efectos que dejaron a su paso las intensas lluvias en municipios del poniente del Valle de México, principalmente en Atizapán de Zaragoza y en otros como Naucalpan y Tlalnepantla, en donde hemos visto escenas con un tinte dramático, con daños en el Hospital General “Dr. Salvador González Herrejón”, casas habitación y vialidades.

La cantidad de lluvia que cayó la tarde del lunes es significativa. De acuerdo con especialistas en meteorología si se registran dos milímetros de agua por hora se consideran lluvias débiles; de dos a 15 milímetros por hora se registra como lluvia; de 15 a 30 milímetros por hora son catalogadas como lluvias fuertes; de 30 a 60 milímetros por hora son definidas como lluvias muy fuertes y mayores de 60 milímetros por hora se califican como lluvias torrenciales.

Para darnos una idea de la magnitud de las lluvias del lunes por la tarde en los municipios mexiquenses de la zona conurbada a la capital del país, la cantidad registrada en algunos puntos fue de hasta 75 milímetros en menos de una hora.

Lo más paradójico de la situación es que mientras en esas zonas llueve de manera torrencial en otras partes del Estado como en la región en donde se encuentran las presas que almacenan el Sistema Cutzamala sigue la sequía, que se padece de manera más severa desde hace dos años en nuestra entidad y no aumentan su volumen.

Una realidad que desafortunadamente se está haciendo cotidiana.

Es reiterado el argumento en el sentido de que llueve de tal manera a consecuencia del calentamiento global y hay razón. El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) señala que un pequeño incremento en temperatura genera lluvias más intensas.

Y al ritmo actual el calentamiento global alcanzará 1.5 grados C en torno al 2040 y probablemente antes (no cumpliendo la mera del Acuerdo de París), ocasionando un cambio en el régimen pluviométrico, que es el comportamiento de las lluvias a lo largo del año.

Además de la vida de las personas que se pone en riesgo, están los daños económicos; el PNUMA informa que en 2018 los daños causados por desastres naturales por el clima en el mundo supusieron un costo de aproximadamente 155 millones de dólares.

Por lo tanto, aunque suene repetitivo, el tema del cambio climático y las acciones para contrarrestarlo se debe poner con una etiqueta de prioritario en las agendas legislativas y de gobierno y de los propios ciudadanos.

Inger Andersen, directora Ejecutiva del PNUMA advierte que la triple crisis ambiental del cambio climático, la pérdida y el colapso de la biodiversidad y la contaminación del aire, suelo y agua, representan una emergencia planetaria que causará mucho más daño a largo plazo que el Covid-19. 

En este sentido vale la pena cualquier esfuerzo en lo individual por pequeño que parezca, al igual que en el colectivo y como se señala en el PNUM “hacer las paces con la naturaleza”.

@periodistamex

ASME