Ayudar a los migrantes

La tragedia la semana pasada de un tráiler que volcó en Chiapa de Corzo, Chiapas, y que dejó al menos 55 migrantes muertos puso en la palestra un tema que desde hace años se ha convertido en un reto para el mundo entero: la migración. 

A nadie puede negársele el derecho de buscar mejores condiciones de vida, sin embargo, no son pocos los estudios y voces autorizadas que se pronuncian por ayudar a los migrantes, pero desde sus comunidades de origen.  

Y es que para poder entender el nivel del reto que se tiene, podríamos comenzar poniendo en perspectiva el problema: el Portal de Datos Mundiales sobre la Migración (2021) indica que existen cerca de 280.6 millones de migrantes internacionales, siendo Estados Unidos el principal país receptor con 20 % de inmigrantes, seguido de Alemania, con cinco por ciento, y Arabia Saudita, con cuatro por ciento. 

A estas cifras se suma que la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), ha registrado más de 45 mil 400 muertes desde 2014, lo que se traduce en un auténtico horror para los migrantes que se aventuran a la búsqueda de mejores condiciones para ellos y sus familias, sin embargo, una eventual legalización de la migración, como lo pidió la ONU apenas el 10 de diciembre pasado, puede sonar loable porque hablamos de una cuestión humanitaria, pero ¿hasta qué punto sería funcional? 

El número de migrantes aumenta año con año y simplemente no hay dinero que alcance en cualquier país del mundo que pretenda recibir la cantidad de migrantes que llegan año con año, por ejemplo a Estados Unidos. Hasta el año pasado, la ONU estimó que en EU hay 50 millones 661 mil 149 migrantes lo que supone un 15.4 por ciento del total de la población de aquel país. 

Es por ello que antes de pensar en abrir fronteras, el tema debería abordarse desde la perspectiva de cómo ayudar a las personas de países en situaciones convulsas a no abandonar su país y convertirse en migrantes. 

No le faltó razón al Presidente Andrés Manual López Obrador cuando anunció que su programa “Sembrando vida” debía extenderse a Centroamérica, pues esa es una forma de auxiliar a las personas necesitadas pero desde sus lugares de origen. Ahora bien, ese mismo razonamiento tienen muchos expertos, por lo que el mundo debería hacer un serio debate y poner manos a la obra en una estrategia integral que ayude a las personas que hacen intentos desesperados por alcanzar una mejor vida.