¿Bienestar?

Los apoyos sociales fueron diseñados para ayudar a las personas más necesitadas y durante muchos años resultaron una bendición para miles de personas que, efectivamente, no tenían ni para comer. El problema fue que pronto los gobernantes en turno se dieron cuenta que esa era una forma muy fácil de controlar a ciertos segmentos de la población.

A la par de las dádivas oficiales, surgieron las medidas de coerción para que los beneficiarios asistieran a los mítines políticos y, sobre todo, para que votaran por el partido político del gobierno en el poder.

Durante muchos años, el PRI fue el único beneficiario de este sistema, porque no existía partido político que le hiciera sombra. Cuando llegó la alternancia, los panistas aprovecharon para hacer llegar su mensaje a comunidades y lugares donde jamás soñaron, gracias a los benditos programas sociales y a los apoyos emanados de ellos.

Desafortunadamente para los panistas, no supieron o no quisieron aprovecharlos en toda su dimensión, o les faltó tiempo para construir una base social más amplia que respaldara a sus gobiernos. Tuvieron la oportunidad de enseñar a pesar y no sólo dar el pescado. Eso se esperaba con los albiazules.

Quien lo entiende a la perfección es Andrés Manuel López Obrador. Tan lo entiende que, cuando fue jefe de gobierno de la Ciudad de México, él instituyó la pensión para adultos mayores en la demarcación y vistos los beneficios pronto fue copiado por el gobierno federal y por los gobiernos de los estados.

Bajo el amparo de los programas sociales, también muchos vivales se enriquecieron a costa de los más pobres. Pero eso lo comentaremos en otra ocasión.

Hace unos días el Presidente de la República presumió de su popularidad, a propósito de la consulta por revocación de mandato, expresada en las muchas encuestas que se levantan de manera cotidiana y en donde aparecía con muy saludable índice superior a 60 puntos porcentuales; algunas, hasta le otorgaban más de 70 puntos. 

En esa ocasión ofreció un dato que no debe pasar desapercibido: 70 por ciento de los hogares mexicanos recibe al menos uno de los tantos apoyos que ofrece su administración. No lo dijo, pero el mensaje va implícito. No le preocupan los resultados de la consulta, porque su gobierno, o más bien él, tiene una base social muy amplia que seguramente saldrá a defender cada peso que le es entregado puntualmente.

Sin embargo, hay un dato que debiera preocuparle, en realidad debiera preocuparnos a todos los mexicanos: en los últimos cuatro meses, 241 mil personas buscaron salir del país en busca de mejores condiciones de vida; dicho de otra manera, fueron en busca del sueño americano.

Pareciera un contrasentido que en el sexenio donde más apoyos sociales se entregan, haya personas que quieren salir del país en busca de una mejoría. Esa cifra de 241 mil personas intentando huir “del bienestar”, en sólo cuatro meses, representan un récord. Para que nos demos una idea de la magnitud, durante fueron detenidos 237 mil migrantes mexicanos al cruzar la frontera.

Y debiera causar preocupación, tanto por la intención de huir de un país que no les ofrece mejores posibilidades u oportunidad de vida, como por el hecho de que son regresados a esas mismas condiciones de las que huían. 

Parece que la entrega de dádivas oficiales no lo es todo.