Comte. Filosofía Positiva

Con singular alegría

Por filosofía positiva, y frente a ciencias positivas se entiende sólo el estudio de las generalidades de las diversas ciencias, interrogándolas como sumisas a un método único y comprensivo de las diferentes partes de un plan general de investigaciones.

Según Comte, su trabajo lo llevó a crear la “Ley de los tres estados” que dice, que cada una de nuestras concepciones, cada rama de nuestros conocimientos, pasa sucesivamente por tres estados teóricos diversos: el estado teológico o ficticio; el estado metafísico o abstracto, y el científico o positivo.

El carácter fundamental de la filosofía positiva, consiste en captar todos los fenómenos como sujetos a leyes naturales invariables, cuyo descubrimiento preciso y reducción al menor número posible de errores, son la meta de todos nuestros esfuerzos; sin la búsqueda de causas.  Más bien, examinar con exactitud las circunstancias que la han producido, y enlazar las unas con las otras mediante relaciones normales de sucesión y similitud.

La filosofía positiva corre el riesgo del especialismo, esto implica directamente, la división del trabajo intelectual, cada vez más perfeccionada, que es uno de los atributos característicos muy significativo de la misma. Por tanto, existe el temor de que el espíritu humano acabe por perderse en medio de trabajos de detalle.

También se plantea el método como sistema y unidad; lo cual significa según sus palabras: “…no hay en efecto, más unidad necesaria que la unidad del método, y se halla establecida en su mayor parte. En cuanto a la doctrina no es necesario que sea una, basta con que sea homogénea.”

Además, se pone énfasis en la formación intelectual; esto es mucho más obvio para los espíritus que quieren entregarse al estudio positivo de los fenómenos sociales, sin haber adquirido primero un conocimiento general de la astronomía, de la física, de la química y de la fisiología. – en un afán enciclopedista –, dado que dichas exigencias, raramente se cumplen en la actualidad y ninguna institución regular se ha organizado para cumplirlas. Se puede decir que aún no existe para los científicos, una educación verdaderamente racional.

Nuestros conocimientos deben fundarse en la observación, que debemos proceder a veces de los hechos a los principios y a veces de los principios a los hechos. Nuestro arte de observar se compone de tres procedimientos.

  1. Observación propiamente dicha, o sea, examen directo del fenómeno.
  2. Experimentación, contemplación del fenómeno más o menos modificado por circunstancias artificiales.
  3. Comparación, la consideración gradual de una serie de casos análogos.

Todos los fenómenos observables veremos que es posible clasificarlos en “Categorías naturales” dispuestas de tal manera, que el estudio racional de cada una de ellas, se funde en el conocimiento de las leyes principales de la categoría precedente y sea el fundamento del estudio de la siguiente.

La primera comprende los fenómenos de los cuerpos brutos; la segunda, los fenómenos de los cuerpos organizados. En este orden, primero hay que estudiar a la física inorgánica, subdividida en física celeste o astronomía (geométrica o mecánica), y la física terrestre (física propiamente dicha y química) en orden progresivo de complejidad; segundo la física orgánica: compuesta por fisiología y física social.

La matemática, es la parte constitutiva de la filosofía natural, siendo la verdadera base fundamental de esta filosofía; la cual se subdivide en: matemática abstracta o el cálculo y la matemática concreta (geometría general y mecánica racional). Entonces el plan racional que seguirá el estudio de la filosofía positiva incluye: la matemática, la astronomía, la física, la química, la fisiología y la física social. (continuará)

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