Convertir dinero en talento artístico y cultural, eso es la economía naranja
Aporta el 2% de la economía mundial
A 17 meses de que inició la pandemia por el Covid-19 en México, las afectaciones económicas, de salud y sociales aún son latentes en muchos sectores. Actualmente, una manera de convertir dinero en talento es la Economía Naranja.
Uno de los más golpeados fue el del arte, la cultura y el entretenimiento, por eso se buscan mecanismos para sobreponerse de manera gradual.
De acuerdo con estimaciones del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), los servicios de arte y el entretenimiento fueron algunos de los que registraron las peores caídas en actividad y empleos.
Qué es la economía naranja
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) define a la Economía Naranja como el conjunto de actividades que permiten que las ideas se transformen en bienes y servicios culturales, cuyo valor está determinado por su contenido de propiedad intelectual.
De esta manera, la creatividad, la innovación y la cultura son componentes de un ecosistema del que forman parte los creadores, los gestores culturales, las Organizaciones No Gubernamentales (ONG), empresas privadas y gobiernos.
Festivales culturales, donde ganan todos
Un ejemplo concreto son los festivales culturales, donde no sólo ganan dinero los artistas, también productores, técnicos y administrativos. Sin olvidar la derrama económica en sectores como el restaurantero, artesanal, transporte y hotelero, entre otros.
En México se está comenzando a colaborar bajo este esquema, en el entendiendo que es necesario propiciar una unión entre los artistas, donde economistas, empresarios, creativos y más personas se están uniendo a esta tendencia.
Es importante ver en el arte, la cultura y el entretenimiento, como un motor de desarrollo económico que impulse a futuro. Una oportunidad para que el talento pueda ser capitalizado y monetizado correctamente.
Artistas y empresarios
Dos artistas del Valle de Toluca aplican estos modelos a nivel local, nacional e internacional. Buscan generar acciones que detonen en ganancias y beneficios para los artistas y otros sectores.
Caídas económicas
Según el Inegi, el sector económico con mayores caídas –hasta marzo de este año- fue el relacionado a las actividades de artistas, escritores y técnicos independientes. Descendió hasta 32 por ciento, respecto a 2020, aunque el gremio artístico asegura que el desplome fue mucho más vertiginoso.
Estas afectaciones también golpearon a la industria fílmica y de video, museos, sitios históricos, zoológicos y similares, agencias de viajes, promotores de espectáculos, deportistas, radio y televisión, con hasta menos de 20 por ciento.
Durante los últimos tres meses, de acuerdo con el Inegi, se pudieron tener tasas de crecimiento, pero aún no existe una recuperación real. Es importante buscar los mecanismos que permitan la reactivación de forma correcta.
Impulso a la economía creativa en Toluca
Jared Cornelio Yacaman, cantante, productor creativo y musical, busca entrelazar el arte y la cultura local con un impulso económico y redituable para todos
El bajista del grupo Congal Tijuana, decidió estudiar Administración de Negocios de Comunicación y Entretenimiento para darle un perfil empresarial a su arte, lo que le permitió conocer e implementar los principios de la Economía Naranja.
Recordó que hay valores simbólicos sobre lo artístico y lo estético. Pero no se estima cómo redituarlos, lo que se refleja en pagos bajos o su ausencia. Y a nivel local, este mal viene de años atrás y se recrudeció en los últimos meses por la pandemia.
“Estamos polarizados entre el valor simbólico o el valor económico, necesitamos hacer un equilibrio entre los dos”.
El músico busca que se fusionen las industrias creativas, las actividades culturales y artísticas, e impulsar la economía en la ciudad.
“Identificar la lógica y funcionamiento de este tipo de negocios nos ayuda a reconsiderar lo que económicamente podemos hacer a través de estas actividades, que no se trata de otra cosa que integrarnos de manera justa y honesta con la sociedad”.
Actualmente, promueve con empresarios y personalidades del Valle de Toluca un mecanismo que contrarreste ese atraso que se tiene en la difusión cultural en la ciudad y la entidad.
Urge un fondo económico
Señaló que la intención es crear un pequeño fondo económico para lograr una iniciativa, en la que se pueda pagar a los artistas en un inicio, una vez que tome impulso y se generen ganancias.
Su directriz, explicó, será identificar talento, capacitarlo y emplearlo, pues este organismo buscará gestionar recursos para organizar las estructuras artísticas que existen en la ciudad, creando vinculación y experiencia.
“Mi mecanismo es cambiar el modelo de negocio enfocado a la cultura, el modelo de comercio actual enfocado a la cultura. Por ejemplo, un restaurante, un café, se pueden convertir en un foro cultural”.
Los artistas deben aprender a “venderse”
Tonatiuh Gómez, del Ballet de San Diego California, creó una fundación para apoyar a los bailarines en sus negocios y finanzas, en la cual implementa programas de apoyo y desarrollo.
El bailarín mexiquense no sólo se ha preparado como ejecutante, lo que lo ha llevado a triunfar en el mundo de la danza. Su visión empresarial y de negocios le permitió desarrollar una franquicia a nivel nacional, pero decidió dedicarse a lo que le apasiona, la danza.
El artista tiene conocimiento en Finanzas, Mercadotécnica y Administración de las Industrias del Entretenimiento; esto le permitió asimilar la idea de la Economía Naranja y buscar aplicarla en diferentes áreas.
“El objetivo de mi Fundación es la creación de espacios que permitan el crecimiento y la innovación de las industrias creativas”.
“La otra es que se vinculen talentos, y me refiero desde administrativos como artistas, que vinculen con oportunidades para crecer. Y la última es hacer incubaciones o emprendimientos dentro de este sector”.
Su misión, dijo, es crear e impulsar historias extraordinarias dentro de las industrias creativas, tanto en danza como otras áreas escénicas.
El bailarín consideró que esto se debe a que en la escuela o la academia nunca les enseñan finanzas personales o emprendimiento, y mucho menos a venderse, por lo que necesitan una formación integral.
“No son todos, porque también hay personas que nos preparamos en estas áreas, pero la mayoría de los artistas no saben que se debe hacer también una preparación financiera, no saben ni tienen idea de cuánto deben de cobrar o cuánto se paga”.
El origen de la Economía Naranja
El primero en utilizar concepto Economía Creativa fue John Howkins en 2001 con su libro que lleva el mismo nombre, donde identificó los sectores productivos que la componían.
En ese entonces destacaban: innovación, desarrollo, edición, software, televisión y radio; diseño y música; cine, juegos, publicidad, arquitectura, arte escénico, artesanías, videojuegos, moda y arte.
En las últimas décadas se han generado investigaciones acerca del potencial de las industrias creativas, rompiendo con la idea de que del arte y la cultura no se puede vivir.
Es así como surgió el concepto de Economía Naranja, presentado en un libro editado por el BID, de la autoría de Felipe Buitrago e Iván Duque, funcionarios de dicha organización.
Una industria en crecimiento
El BID calcula que la Economía Naranja aporta tres por ciento de la economía mundial. Es decir, alrededor de 2.5 billones de dólares, tomando en cuenta que el producto interno bruto global llegó a 85.7 billones en 2018, según el Banco Mundial.
A nivel internacional, México ocupa el lugar número 18 en la Economía Naranja, al llegar a 5 mil 447 millones de dólares en 2015, de acuerdo con la Conferencia de Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (Unctad).
México es la primera Economía Naranja de América Latina, según la Uncatad.
Datos importantes
¿Por qué naranja?
Este color se relaciona con la espiritualidad, la creatividad, emociones y diversión. Marcela Seggiaro, Consultora, especialista en Retail Designs.
La Organización de las Naciones Unidas declaró al 2021 como el Año Internacional de la Economía Creativa para el Desarrollo Sostenible.
ASME