Dulces de leche, tradición gastronómica en Toluca

Artesanos dulceros también buscan promover sus productos en época de pandemia

Los dulces artesanales son una gran tradición que preservan familias mexiquenses; por generaciones estos bocadillos han formado parte de la variedad gastronómica y cultural en la región. En Toluca se cuenta con varios artesanos dulceros.

Óscar Guadarrama Serrano, uno de los artesanos, compartió detalles de su oficio: “yo soy la quinta generación y me da mucho gusto que mis hijos estén ya metidos en este negocio para que no se pierda la tradición. El proceso inicia con el cocimiento de la leche con azúcar y se espera a que esté en su punto, para ponerle las frutas naturales”, comentó.

El origen de esta tradición data de la llegada de los españoles a América Latina, quienes trajeron ganado vacuno y la obtención de “leche bronca”, poco a poco en los conventos se diseminó su producción en todo México y el continente, siendo las monjas quienes en un inició se encargaban de su producción.

Óscar Guadarrama expresó que todo el año se trabajan estos dulces, pero el jamoncillo de leche, que se hace con frutas secas, se elabora especialmente en temporada navideña.

“El jamoncillo lo trabajamos en muchos sabores. Trabajamos aproximadamente 12 sabores, el mostachón, el macarrón, es mucha la variedad; los chongos son nuestro fuerte”, detalló.

Ante la presente pandemia estas familias también han buscado la forma de mantener sus ventas; en su caso Óscar Guadarrama hace entregas a domicilio y es un buen presente para preservar esta tradición, apoyar la economía de familias completas, deleitar los paladares de chicos y grandes.

Actualmente el Instituto de Investigación y Fomento de las Artesanías del Estado de México (IIFAEM) tiene como objetivo prevalecer estas tradiciones, pues los dulces, entre otros productos, son un elemento gastronómico que da identidad al territorio mexiquense.


En la Casa de las Artesanías (CASART), se pueden obtener estos dulces típicos.

Los jamoncillos, condesas, frutas cristalizadas y chongos, entre otros, son una tradición hecha por manos mexiquenses. Ya sea en bolsas, cajas o canastas adornadas, pueden endulzar la mesa de muchas familias, quienes pueden adquirirlos durante todo el año.