Economía Circular en la Gestión del Agua

La Fuente

La Economía Circular es un tema que ha permeado en los últimos años como una alternativa a la economía lineal (extracción de recursos, producción, distribución, consumo, residuos).

Los principios de la economía circular son mejorar el capital natural al controlar los valores existentes y equilibrar los flujos de recursos renovables; optimizar el rendimiento de los recursos mediante la circulación de los productos, componentes y materiales en uso, a su máxima utilidad en todo momento en ambos ciclos, técnico y biológico; y fomentar la eficiencia del sistema mediante la revelación y el descarte de las externalidades negativas.

Los prestadores de Servicios de Agua y Saneamiento tienen varios procesos que son identificados en el ciclo urbano (no natural) del agua: captación, potabilización, almacenamiento, distribución, consumo, alcantarillado (recolección), tratamiento, reutilización y retorno al ambiente.

En la mayoría de estos procesos es posible la Economía Circular

En la distribución es necesario reducir las pérdidas físicas y la generación de electricidad por microturbinas en las tuberías. En el consumo en hogares, comercio e industria es importante la reutilización, el consumo responsable, así como la eficiencia de los procesos productivos.

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Las aguas residuales pueden tratarse hasta lograr diversas calidades para satisfacer la demanda de diferentes sectores, incluidos la industria y la agricultura. Pueden emplearse para mantener el flujo ambiental e incluso pueden reutilizarse como agua potable, así como subproductos como los lodos activados para mejorar suelos, así como la generación de energía por medio del biogás.

Una mejor gestión de las aguas residuales ofrece una doble propuesta de valor. Gracias a su tratamiento se generan beneficios ambientales y para la salud, pero si aunado a ello se obtienen ingresos financieros, pueden cubrir parcial o totalmente los costos de operación y mantenimiento.

En México no se cobran las tarifas de saneamiento adecuadas

La planificación a nivel de cuenca permite el aprovechamiento óptimo de instalaciones y programas de saneamiento, incluida la ubicación, calendarización y etapas de la infraestructura de tratamiento, de ésta forma es posible lograr soluciones integradas que son más sostenibles en el aspecto financiero, social y del medio ambiente (economías de escala).

Tradicionalmente, el tratamiento se enfoca en descontaminar el agua y descargarla de manera segura al ambiente. Hoy en día, las plantas de tratamiento deben verse como instalaciones para la recuperación de recursos valiosos del agua residual.

Necesitamos reconocer el verdadero valor del agua residual y los posibles recursos que pueden obtenerse de ella, incorporando los principios de la economía circular en su estrategia y en las planificaciones e inversiones futuras.

En México no se cobran las tarifas de saneamiento adecuadas para cubrir los costos de operación y mantenimiento, sin mencionar las inversiones de capital para futuras ampliaciones.

Existe un criterio casi unánime de que se necesitan subsidios más eficientes para el saneamiento, por lo menos durante un periodo de transición. (Programa de Tratamiento de Aguas Residuales [PROTAR]).

Se requiere asegurar que países como México cuenten con la capacidad institucional necesaria para aplicar y hacer cumplir los reglamentos ambientales, así como las normas de control de la contaminación del agua.

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El reúso del agua residual es una solución al problema de la escasez mundial de agua, puesto que se liberan recursos hídricos para otros usos, o para su propia conservación.

En necesario también la socialización de los beneficios con los usuarios de los subproductos, investigar los sistemas más eficientes y de bajo costo, además del desarrollo de capacidades técnicas.

En los últimos años, bajo el programa de Escuela del Agua, se han brindado cursos a toda la República introduciendo estos principios. Sin embargo, es importante incorporar profesionistas no convencionales en este esquema, como: ingenieros ambientales, economistas, financieros, ingenieros electricistas, agrónomos, así como expertos en tecnologías de la informática y de la información, entre otros.

¡Cuanto antes trabajemos en ello, mejor!