El niño prodigio de Texcoco brilla en la música internacional

Leonardo Miranda a sus 10 años ya interpreta grandes obras de la música clásica, y se perfila para ser un gran pianista

Proveniente de una familia de músicos, Leonardo Miranda Zapata, con tan sólo 10 años de edad ha encontrado en la música y en el piano en especifico, una gran pasión, y asegura que de grande quiere ser un gran pianista, aún le falta un largo camino por recorrer, pero sin duda tienen todo para destacar.

“Me encanta la música, normalmente práctico solo y a veces mi papá me da clases. Creo que mi músico favorito es Shostakovich, sus conciertos creo que son mis piezas favoritas. No practico una cantidad de horas especificas, pero si diario y me veo tocando piano cuando sea grande”.

En entrevista junto a sus padres José Mauricio Miranda y Mayra Zapata, recordaron que Leo desde pequeño mostró dotes intelectuales sobresalientes. Aprendió a leer muy pronto, antes del año de edad ya mostraba interés por la música, desde antes de nacer estuvo rodeado de ella, “recuerdo que cuando tenia seis meses y yo ensayaba para una gira, un duo de clarinete y piano, Leo tarareaba el reportorio que estábamos tocando con música de grandes compositores”, dijo el señor Miranda.

Cuando nació, sus padres aún eran estudiantes de música y los acompañaba a clases, lo que sin duda desarrolló sus dotes, aún antes de caminar él ya corregía a los compañeros de clase de sus papás cuando alguien en el aula se equivocaba, ya que aprendió a hablar muy rápido.

“Al cumplir cinco años empezó él mismo a tocar los instrumentos que teníamos en casa, me refiero a un piano eléctrico, un teclado e incluido el violín, pronto empezó a hacer música con el piano sin que recibiera realmente una instrucción, empezó a tocar la música de sus películas favoritas o de programas infantiles”.

Fue a sus ocho años de edad cuando su papá decidió comenzar a darle clases formales tras regresar a vivir a Texcoco y con la pandemia en 2020, ya aprendiendo cuestiones técnicas y comenzar a montar repertorios. También perteneció al Coro Infantil y Juvenil de Texcoco, donde alternaron con orquestas nacionales en importantes foros de la Ciudad de México.

“Hemos estado estos dos años trabajando fuerte aquí en Texcoco y si todo va bien y si tenemos el privilegio de seguir con esta rutina en la que mi trabajo no me absorbe mucho tiempo y yo puedo estar dedicándole más tiempo, sería lo ideal para que siga su carrera en crecimiento”.

Sus dotes de Leo se deben a una comprensión musical sobresaliente, lo que ha permitido que actualmente toque sin partitura temas de grandes compositores de la música clásica, además ha realizado sus primeros arreglos musicales gracias a su gusto por la orquesta sinfónica y banda sinfónica.

Sus piezas ya se estrenaron con la Banda Sinfónica Municipal de Texcoco, “implica el conocimiento de otras áreas como el dominio de la instrumentación, de la orquesta que es otra área del proceso creativo de la composición musical y el estudio de las formas musicales, que es mucho más complejo, y lo está haciendo de manera libre sin limitaciones ni imposiciones”, reveló su padre.

Desde los cinco años y hasta la fecha, cuando a Leo se le cuestiona qué quiere ser grande siempre ha dicho que ser pianista, razón por la que sus padres lo apoyan al cien por ciento, y decidieron que tomará clases en casa, con apoyo de su mamá aprendió a leer y matemáticas, recordando que grandes jóvenes artistas de México hicieron “escuela en casa”, como son los hermanos Villeda Cerón y la pianista Daniela Liebman.

“Primero él duerme lo que tiene que dormir, algo elemental en los ciclos de un niño, no hay horarios estrictos, y a lo largo del día realiza diferentes actividades, antes de la pandemia si hacia muchas más como gimnasia, ballet, coro, ahora no se ha podido seguir haciendo. También realiza actividades de lectura, él es fanático de leer, es un niño que agarra un libro, se pone a leer durante horas y a veces hasta días, hasta que termina el libro. Juega muchísimo, además le encanta el ajedrez, pueda pasar horas jugando”, reveló su padre.

Y añadió: “Todos los días se está avanzando tanto con repertorio como en la formación integral. A lo largo del día pasa en el piano ensayando unas tres o cuatro horas, pero no es continuo, y en las clases es entre media hora y una hora”.

Sus padres coinciden que la opción en un futuro será mandarlo a estudiar al extranjero, el   señor José Mauricio al ser también pianista, conoce el panorama pianístico a nivel mundial, “hay tres escuelas importantes de piano, la rusa que abarca Polonia, la alemana y recientemente Estados Unidos por la importancia económica que ellos han tenido, se ha enriquecido su infraestructura como su oferta académica”.

La pandemia impidió que su debut de Leo fuera presencial, en el pasado FestinArte que organizó la Secretaría de Cultura y Turismo del Estado de México, el pequeño ofreció un concierto virtual que se transmitió por las redes sociales.

Este debut le ha valido el reconocimiento del público, de grandes pianistas nacionales y directores de orquesta, ya que mostró un gran nivel.  “Me sentí bien, estaba emocionado más que nada, había poca gente, estaba yo, mi mamá, mi abuelita y mis hermanas. Pero todavía no interpreto para más personas y no sé si me van a dar nervios porque nunca he pensado en eso”, explicó Leo Miranda.

Las últimas semanas se preparó para un concurso en Serbia que se realizará manera virtual debido a la pandemia, invitación que les llegó después de su presentación en FestinArte, donde la propia organizadora contactó a José Miranda vía Facebook. Este viernes 30 de abril enviará su video de ocho minutos donde interpretará a Beethoven y Chopin.

Sus padres buscan promover su carrera, ya que las presentaciones forman parte de su impulso, por lo que esperan que gobiernos e instituciones le abran las puertas y poder y el apoyo necesario.

“Me da gusto porque Leo tiene las ganas de dedicarse a esto, entonces es muy favorable que tenga todo ese talento, no hay duda que si lo llevamos por un buen camino y lo apoyamos va a poder lograr todo eso que él quiere. Él está haciendo todo para lograr sus sueños, entonces cuando yo veo que es posible, me da mucha emoción”, mencionó Mayra Zapata

Una tradición familiar

Leonardo Miranda es la quinta generación de músicos, hijo del pianista y director de orquesta José Mauricio Miranda, originario de Santa Catalina del Monte, en Texcoco en el Estado de México, una comunidad de tradición musical, muchos autodidactas y tradicionales, otros tantos académicos, principalmente de instrumentos de viento y percusiones.

En un inició fue clarinetista y comenzó a estudiar dirección musical en el Conservatorio Nacional de Música y al mismo tiempo estudio en la Escuela Nacional de Música, ahora Facultad de Música de la UNAM, donde estudiaba composición, en ambas tuvo su primer contacto con el piano y mostró también grandes capacidades, tanto así que terminó cambiándose de carrera por recomendaciones de sus propios maestros.

En su preparación hizo escuela con importantes académicos como Silvia Navarrete, Armando Merino y Sergio Cárdenas. E incluso con el austriaco Jörg Demus, y el francés Alexandre Tharaud. Ganó dos concursos nacionales, el de Música de Cámara en 2008 y el de Canto del Instituto Nacional de Bellas Artes en 2010.

Fue director de la Banda Sinfónica de Morelos, catedrático en Centro Morelense de las Artes.  Al regresar a Texcoco fue director del Coro Infantil y Juvenil y desde el 2020 se desempeña como director de la Banda Sinfónica Municipal.

Su esposa y mamá de Leo, también proviene de una familia de músicos tradicionales, su abuelo fue violinista de Mariachi, su papá es Sonero y estudió guitarra en el conservatorio, ella es violinista del Conservatorio Nacional de Música y fue integrante de la Orquesta Escuela Carlos Chávez.

“Los dotes de Leo son una parte por el linaje familiar que es muy fuerte, por otro, el trabajo con los maestros con los que tuve la fortuna de estudiar, todo este camino en la música que yo he recorrido forma una parte muy importante para lo que ha sido el crecimiento de Leo a su corta edad”.

ASME