Hugo Colín, tenor de clase mundial

Se encontraba en el mejor momento de su carrera

El tenor mexicano Hugo Colín Sandín perdió la vida este fin de semana, con lo que dejará un gran legado ya que forjó una importante carrera en México y en el mundo, donde muchos lo apuntalaban como uno de los tenores más importantes que tendría nuestro país.

Originario de Toluca, hijo del músico Ricardo Colín, desde pequeño supo que quería ser cantante, pero fue hasta los 16 años cuando conoció la ópera tras ingresar a la Escuela de Música Sacra del Estado de México, por lo que se enamoró del género.

Tanto fue su gusto que decidió irse a estudiar a la Escuela Superior de Música del Instituto Nacional de bellas Artes y Literatura (INBAL) para dedicarse a la ópera.

Realizó un posgrado en el Conservatorio del Liceo de Barcelona, España. Fue ganador del concurso “Maritza Alemán”; finalista en 2006 y 2007 del Concurso Nacional de Canto “Carlo Morelli” y acreedor al Premio Instrumenta.

Con más de 20 años de trayectoria, Hugo Colín forjó su carrera a base de un gran esfuerzo, humildad, pero sobre todo una gran determinación, lo que le valió cantar en Europa el rol de Beppe de la ópera Rita, de Donizetti, en el Conservatorio de Barcelona; Lindoro en L’italiana in Algeri, de Rossini, en el marco del Bel Canto Opera Festival en Bad-Wildbad, Alemania, bajo la dirección del reconocido y también fallecido Alberto Zedda; y Don Ottavio en Don Giovanni, de Mozart, en Budrio, Italia.

Subió a escenarios de Corea del Sur, Francia, Portugal, Bélgica, Luxemburgo y Guatemala; se presentó junto a las orquestas más importantes de México, varias ocasiones en el Palacio de Bellas Artes.

Tras su ingreso en 2011 al Coro de Teatro de Bellas Artes su carrera fue escalando; empezó cantando repertorio para tenor ligero y poco a poco su voz se acomodó en el Fach de tenor lírico ligero.

Tenor solista en Lauda per la Nativitá del Signore, de Otto Respigui, y El Contador en El pequeño príncipe, de Federico Ibarra, su repertorio incluye las óperas Cosí fan tutte, Bastián y Bastiana, El Barbero de Sevilla, La Cenicienta, La escalera de seda, La ocasión hace al ladrón, Don Pasquale y El elíxir de amor, entre otras.

Interpretó El Mesías, de Händel; Las siete últimas palabras de Cristo en la cruz y La creación, de Haydn; Misa de réquiem, de Mozart; Stabat Mater, de Rossini; Carmina Burana, de Orff; la Misa Brevis de Beethoven, entre otras obras.

En uno de los roles más demandantes para cualquier tenor: Lord Arturo Talbot, en la ópera “I puritani”, de Bellini, su actuación se dio en circunstancias adversas: el tenor italiano Alessandro Luciano no pudo salir a presentarse en el Palacio de Bellas Artes y fue el también afamado tenor y productor de la obra, Javier Camarena, quien le dio la oportunidad de interpretar el papel principal en la última función y cumplió con creces.

Tras esta actuación fue invitado nuevamente por la Ópera de Bellas Artes a cantar el papel de Edgardo, en “Lucia di Lammermoor”, alternando funciones con otro gran tenor, Ramón Vargas.

Recientemente participó en la ópera Otello, de Gioacchino Rossini, y en los conciertos realizados en el Bel Canto Ópera Festival, llevado a cabo en la ciudad de Bad-Wildbad, Alemania.

Su pasión por la música lo llevo a compartir su talento con producciones independientes, la más reciente fue junto a su padre, donde interpretaron el tema “Aleluya”, video que subió a su canal de Youtube apenas el pasado 23 de diciembre; y además desarrollaba un programa de ópera dedicado a los niños.

Las causas de su muerte no fueron reveladas, pero la noticia fue confirmada por el INBAL, además de que diferentes medios de toda América Latina y en México retomaron la información.