Joana Jiménez García una sirena perseverante

Reconoce que su camino en el nado sincronizado no ha sido sencillo, por lo que valora y saborea cada logro

La atleta mexiquense Joana Betzabé Jiménez García, quien hace unos días recibió de manos del gobernador Alfredo del Mazo el máximo galardón al que puede aspirar un deportista en la entidad, el Premio Estatal del Deporte 2020, habló de lo que fueron sus inicios, y reconoce que el camino no ha sido nada sencillo.

Desde pequeña sus padres le enseñaron la importancia de la práctica deportiva, fue así que incursionó en atletismo, basquetbol y natación, fue justamente este contacto con las piscinas que le permitió conocer la especialidad de nado sincronizado y asegura que desde que vio a las niñas en la alberca con la música por primera vez, surgió su interés apenas a los 8-9 años.

“Después me empecé a hartar, porque para estar en competencias nacionales necesitas pasar ciertos niveles, un año, año y medio. Yo estuve un año en el primer nivel y sólo no lo pasaba”

Eso la desalentó y la hizo irse al atletismo, donde al poco tiempo la llevaron a una Olimpiada Nacional, pero fue ahí donde reencontró a una entrenadora de nado sincronizado, “me dijo que tenía todas las aptitudes, el físico, que tenía mucho futuro y mi pretexto más absurdo fue: «es que ya no tengo nariceras», la entrenadora me respondió: «yo te regalo una caja”, comentó entre risas.

Al cuestionarle cómo fue que se decidió de lleno al nado sincronizado y en el alto rendimiento, aseguró que fue apenas a los 14 años, ya que pudo entrar a una selección en la categoría Juvenil A.

“Fue en una competencia en Oaxtepec, Morelos, donde vi una exhibición del equipo de Primera Fuerza, yo recuerdo que me dijeron este es el equipo que representa a México, y yo recuerdo que dije: «a poco existe».

Entonces pensé, yo quiero entrar a ese equipo de Primera Fuerza y representar a México”

Y añadió: “Tampoco entraba tan fácil a las selecciones, fue perseverancia, estar presente, estar luchando por mi sueño, entrenar, entrenar y entrenar, pero creo que si algo me hizo cambiar mi mentalidad fue ver a ese equipo nacional”.

Joana es Licenciada en Psicología por la Universidad Latinoamericana, tiene además una maestría en Psicología Deportiva por la UNITEC y está por terminar en un par de semanas un diplomado en “Dinámicas en la intervención de psicología y psicodiagnóstico”, los cuales ha realizado en línea para no descuidar la práctica deportiva de alto rendimiento.


Estos años fueron complicados, pues ella entrena hasta nueve horas diarias y después tenía que atender sus actividades académicas, por lo que dormir poco, comer mal y “hacerse amiga del café”, para poder aguantar en las noches, fue algo recurrente.

Tuvieron que pasar ocho años para que fuera titular en el equipo, ya que asegura que en 2010 que ingreso a la Selección Nacional senior era suplente de las suplentes. Fue en 2015 que llegó a ser suplente de Nuria Diosdado y Karen Achach en dueto, y en 2018 recibió la oportunidad de sus entrenadoras Adriana Loftus y Ofelia Pedrero, de representar a México en los Juegos Centroamericanos en Barranquilla.

También reconoció que el apoyo no siempre se ha dado al interior de la disciplina, pues confesó que un mes antes de ir a Centroamericanos, las entrenadoras le comentaron que dirigentes deportivos no estaban de acuerdo que ella fuera como solista, afortunadamente confiaron en su trabajo, y ella respondió con medalla de oro.

“Decían que yo no era la imagen de nado sincronizado mexicano, que yo no lo iba a lograr, que no me querían ahí, fue muy fuerte para mi, porque se supone que la institución que te tiene que apoyar es la que te está tirando piedras”

Finalmente, al cuestionarle cuál es el mayor reto al que se ha enfrentado tanto de forma personal como deportivo, detalló que ha sido enfrentar y romper sus barreras mentales, donde le ha ayudado su profesión como psicóloga, pero más aún sus entrenadoras, su compañera de equipo Nuria Diosdado y una profesora de la carrera que se ha vuelto muy cercana a ella, Eva González.

“Soy una persona que se frustra mucho cuando algo no le sale, lo intento y si a la segunda no me sale, me bloqueo totalmente. Antes por más que lo intentaba comenzaba a cometer más errores. Ahora ya dejo que pase, y ya en la semana con los entrenamientos a veces sin darme cuenta, me sale el movimiento, me desbloqueo”.

ASME