La efervescencia política no se agota; apenas comienza…

Diálogo en silencio

Quienes pensaban que la efervescencia política disminuiría después de la elección del 6 de junio, se equivocan porque continuará, quizá no con la misma intensidad, pero estará presente en las agendas.

Los partidos políticos deberán hacer un análisis profundo de los resultados de la última elección y sobre todo un ejercicio de autocrítica.

Mientras, el calendario electoral seguirá su marcha. En el 2022 seis estados eligen gobernador: Aguascalientes, Durango, Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo y Tamaulipas; en el año 2023 serán dos: Coahuila y Estado de México; mientras que en el 2024 habrá comicios en la Ciudad de México, Chiapas, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Puebla, Tabasco, Veracruz y Yucatán.

Todas son importantes, pero la del Estado de México ha sido y es, después de las presidenciales, la madre de todas las batallas.

Tradicionalmente se dice que el Estado de México es el laboratorio político del país; quizá por el volumen de su lista nominal que es de 12 millones 394 mil 843 ciudadanos y ciudadanos mexiquenses, o tal vez porque la elección de gobernador tradicionalmente ocurre un año antes que la presidencial.

Así ocurrió en 1993 en el Estado de México (Emilio Chuayffet), un año después vino la elección presidencial de 1994 (Ernesto Zedillo); en 1999 elecciones en Edoméx (Arturo Montiel) y un año después en el 2000 de presidente (Vicente Fox); nuevamente 2005 en la entidad mexiquense (Enrique Peña Nieto) y doce meses después la federal en 2006 (Felipe Calderón); en 2011 comicios mexiquenses (Eruviel Ávila) y en 2012 en el país (Enrique Peña); para 2017 Alfredo Del Mazo Maza triunfa en las urnas y un año más tarde Andrés Manuel López Obrador.

Así es que si piensan que los principales partidos caerán en un letargo postelectoral, se pueden equivocar y de hacerlo les puede afectar en su rendimiento a mediano plazo.

Dentro de los análisis que seguramente se harán es el que corresponde a la materia electoral, en donde las ecuaciones son siempre complejas, detrás de ellas se requiere de un estudio sección por sección, distrito por distrito, municipio por municipio.

En el Estado de México, seguramente se escudriñará el alcance de la coalición que integraron PRI, PAN y PRD a la luz de los resultados; lo cierto es que la suma siempre traerá buenas cuentas, que por cierto en el caso del Revolucionario Institucional mexiquense no es la primera vez que una figura electoral le arroja positivos, como ya lo fue en 2009 en la elección de ayuntamientos.

En ese año bajo la figura de la candidatura común con los partidos Verde Ecologista de México, Nueva Alianza, Social Demócrata y Futuro Democrático, se alzaron con la victoria en 97 municipios, plazas significativas como Nezahualcóyotl; Ecatepec, Tlalnepantla; Naucalpan, Toluca, entre otros.

Por eso se confirmó la valía de la estrategia electoral al interior de los partidos políticos. 

Ya no sólo es la movilización el día de la jornada o tener representaciones en todas las casillas; se requiere de especialistas en derecho electoral que vislumbren las ventajas de esos movimientos en el tablero del ajedrez político, más ahora tomando en cuenta lo que se viene en juego.

Así es que podemos concluir con esos elementos, que la efervescencia política apenas comienza…

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