La gripe que no fue gripe

El adagio popular dice que hay que predicar con el ejemplo. Y eso no lo hace el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, principalmente hablando de temas de pandemia por el Covid-19.

Ha sido evidente en reiteradas ocasiones, pero lo ocurrido el lunes pasado en Palacio Nacional, rebasó lo que habíamos visto o escuchado.

Durante su participación en la conferencia Mañanera su tono de voz no era el mismo, se escuchaba ronco, lo que provocó una pregunta por su estado de salud y la respuesta fue: “me voy a hacer la prueba más tarde, pero yo creo que es gripe…” Pues no, no fue gripe ya que horas más tarde confirmó el positivo a Covid-19, no obstante que en días pasados había convivido con integrantes de su gabinete.

Nadie tiene una coraza para evitar ser contagiado, todos estamos expuestos y por tanto, todos deberíamos ser responsables para aplicar acciones que reduzcan al mínimo posible el número de contagios y no mandar señales contradictorias, sobre todo cuando se tiene un cargo de responsabilidad pública.

En temas de salud se requiere objetividad, certeza y llamar a los padecimientos por su nombre, para generar conciencia de la importancia que representa tomar medidas preventivas.

La primera ocasión en que el presidente se contagió de Covid-19, fue el 24 de enero del año pasado. Cuando Andrés Manuel López Obrador dio positivo, ya habían pasado por lo mismo 16 presidentes o primeros ministros en diversos países del mundo, de acuerdo con Statista.

El primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson fue el primero de la lista de dirigentes políticos de un país en resultar contagiado. Posteriormente se tuvo conocimiento de otros casos como el del ex presidente de Estados Unidos de Norteamérica, Donald Trump; de Francia, Portugal, Polonia, Honduras, Brasil, Bolivia, Guatemala, entre algunos más.

Ahora vemos una variante, la ómicron con mayor velocidad de contagio que no se debe minimizar, lo que ha provocado que la población abarrote los puntos en donde se pueden conseguir pruebas.

En menos de cinco días se registraron en dos ocasiones cifras récord de contagios en nuestro país durante toda la pandemia. El sábado y el martes, este último día contabilizaron 33 mil 626 personas infectadas durante un lapso de 24 horas, todo ello producto de la variante ómicron y de la movilidad en las fiestas navideñas.

Es increíble la velocidad de contagio. No transcurre un día sin que nos enteremos de algún compañero, amigo o familiar que dio positivo a Coronovirus.

Una de las ventajas que ha marcado diferencia en esta etapa de la pandemia es posiblemente la vacunación. Es la diferencia entre estar aislado en casa en caso de resultar contagiado o estar hospitalizado. Autoridades de la Ciudad de México informaron que ocho de cada diez casos de personas hospitalizadas por Covid-19, no se habían aplicado la vacuna.

No hay que subestimar el contagio y cuidarnos, no es una gripe ni es “covidcito”, la misma Organización Mundial de la Salud así lo ha externado; no hay que relajar las medidas ya conocidas.

Sólo resta desear que el presidente y quienes desafortunadamente resultaron contagiados se recuperen en este nuevo tramo de la pandemia y acreditar en los hechos que hemos aprendido en medio de esta pandemia.

@periodistamex