Lagos particulares

En Valle de Bravo hay una grave problemática de la que poco se habla o publica: la existencia de lagos privados en las partes altas de municipios como Valle de Bravo, Amanalco y Donato Guerra. 

El tema brincó casi por casualidad, a principios del mes de septiembre: una fisura en una represa particular de un rancho provocó un escurrimiento que causó daños montaña a bajo a diversos pobladores, del asunto incluso tomó conocimiento el mismo Presidente municipal Mauricio Osorio: 

“Derivado de la inspección realizada en la zona del Río del Molino, se determinó que la causa del desbordamiento del agua se debió a la fisura de una represa, por lo que personal de Desarrollo Urbano de este Ayuntamiento ha realizado la notificación correspondiente a los particulares del predio.  

“Afortunadamente no hubo víctimas ni heridos. En cuanto a los daños materiales se brindará orientación a las personas afectadas para que se actúe conforme a derecho.  

Este Ayuntamiento ha dado parte a las dependencias federales PROFEPA  Conagua Comisión Nacional del Agua-SMNmx y SEMARNAT para que se tomen las acciones correspondientes. La autoridad municipal dará puntual seguimiento. Les pedimos atender las recomendaciones de Protección Civil ante este tipo de contingencias y mantenerse informados a través de medios oficiales”, escribió el Alcalde el 3 de septiembre pasado y, al día de hoy, no ha habido algún tipo de resolución sobre el asunto. 

Por el contrario, pocos medios, entre ellos La Jornada Estado de México, se han dado a la tarea de investigar cómo es que particulares construyen esos lagos privados en sus propiedades y los resultados de dichas investigaciones arrojan que al menos hay 250 de ellos y que además podrían estar siendo la causa de que la presa de Valle de Bravo no logre los niveles de almacenamiento de agua que han tenido todos los demás cuerpos de agua del Estado de México en esta tempestuosa temporada de lluvias que está por terminar. 

Apenas en septiembre se informó, de acuerdo con datos de Conagua, que la mayoría de las presas ubicadas en el Estado de México se encuentran llenas al 100 por ciento de su capacidad y algunas han rebasado ese límite, pero las que nutren al Sistema Cutzamala no alcanzan ni el 50 por ciento, ¿por qué? 

Pues bien, la respuesta puede estar en que la acumulación del agua de los ríos en represas particulares hacen que el agua que llega a Valle de Bravo sea insuficiente, y es menester mencionar que la presa de Valle de Bravo es una pieza fundamental del Sistema Cutzamala, el cual es esencial para dotar de agua a habitantes de la entidad, así como de la Ciudad de México, dicho lo anterior, hay muchas preguntas que quedan en el aire, pero muy pocas respuestas. 

¿Quién autoriza esas obras que desvían un recurso tan importante como es el agua para un particular? ¿Cuánto cuesta hacer eso? ¿Se han presentado las respectivas manifestaciones de impacto ambiental para la realización de esas obras? ¿Se han permitido 250 de ellas? ¿A quiénes pertenecen esas propiedades que parecen tener un poder económico muy importante?  

Muchas de las respuestas no están a nivel estatal, sino federal (en Conagua) y es justamente allí donde todo es hermetismo y crecen mucho más las dudas. 

Bueno, tal es la preocupación, que incluso las mismas autoridades municipales entrantes tienen el tema en agenda. 

“Lo más importante para nosotros es conocer cuántos lagos fueron autorizados para su construcción y sobre todo cuáles fueron aquellos lineamientos que se siguieron para autorizarlos, si se requirió en su momento permiso de alguna dependencia estatal o federal para su autorización y bajo qué condiciones”, compartió en una entrevista para La Jornada Estado de México Michelle Núñez Ponce, alcaldesa electa de Valle de Bravo. 

Por el bien de todos, esas dudas deben ser aclaradas y la información respectiva transparentada, pues hablamos de uno de los derechos humanos esenciales: el agua.     

Twitter: @campudia  

ASME