Camino tortuoso viven cientos de migrantes en su paso por México

El albergue ubicado en Metepec está saturado en este momento con 80 migrantes

Andrea Padilla escapó hace dos meses de su pareja sentimental que la violentaba y amenazó de muerte; tomó a sus dos pequeñas hijas y empezó el viaje desde Honduras a México

Su camino costó, hasta ahora, dos mil dólares y desde hace dos meses llegó a Tapachula, Chiapas. 

El Director del albergue de Metepec, Armando Vilchis Vargas, dijo que en estas fechas hay unos 80 migrantes en el sitio, 30 de ellos de Haití; la mayoría busca papeles para quedarse en México

El albergue está saturado en este momento con 80 migrantes

Criticó la política migratoria del gobierno federal, no vista en otros sexenios, donde se repartían hasta tres mil 200 visas anuales. Ahora solo van unas 700. 

Pedir audiencia dijo que también es difícil hasta para los que ayudan a los migrantes por eso es que deja que ellos salgan a “charolear” a las calles y pedir dinero para hacer de comer para todos.

Sin dar a conocer su rostro por el temor de que la vaya a localizar su pareja, narró que es muy difícil andar sin papeles y es más difícil ser ilegal como madre soltera y mujer.

«La pareja que yo tenía se metió a una pandilla entonces, hace poco le pegaron un disparo a él, pero mucho me pegaba y todo, pero ya se hizo de mujer y todo, él no me quería, me pegaba, yo no quiero volver, porque si vuelvo me va a matar, yo no quiero estar así… Estuve en Tabasco creo que como dos meses», narró. 

Desde Tapachula salió caminando hacia el albergue de migrantes en Metepec y para ir más rápido se amarró a sus niñas, una a la cintura y otra a la pierna.  

En algunos ratos se apartó del camino y pernoctó a la intemperie. 

En Metepec está a la espera de una visa humanitaria que le permita subirse a un camión y viajar segura a Monterrey, Nuevo León, donde tiene familia.

Aunque es muy joven, aseguró que la fe y Dios la trajeron con bien a México para salvar la vida y tener oportunidad de un mejor futuro. 

“Hay que tener mucho cuidado, encomendarse a Dios antes, porque yo me encomendé mucho a Dios, confío mucho en Dios y Dios me protegió de mucho mal, porque en este camino hasta matan gente». 

Para ella, el sueño americano no significa nada, lo que busca es ser legal en el país y conseguir un trabajo, aunque sea de lavar platos. 

La situación de inseguridad en Honduras dijo que hace difícil la vida, donde la gente sufre y prefiere migrar, un fenómeno que se acrecienta en zonas donde hay maras.

SPM