Con rock, tambores y danzas prehispánicas, celebran los 500 años de la caída de la Gran Ciudad

Con la originalidad que ha caracterizado a la Orquesta Filarmónica de Toluca (OFIT), se ofreció este domingo el concierto conmemorativo por los 500 años de la caída de Tenochtitlán desde el Teatro Morelos de Toluca, donde participaron el grupo de danza tradicional Zemanahuak, la banda War Kabinett y la agrupación Azteca.

“Hoy haremos un viaje maravilloso, un poco exótico, también lo tengo que reconocer por muchas partes, porque nosotros tenemos una fuerte ascendencia indígena, desde lo que comemos, cómo hablamos, cómo nombramos hoy todavía a nuestros pueblos que tienen. nombres prehispánicos”.

Gerardo Urbán, director de la OFIT.

Se inició con parte de la orquesta, quienes interpretaron Xochipilli, del compositor mexicano Carlos Chávez, quien creó música con sentido nacionalista y de identidad del pasado prehispánico, donde destacó el Piccolo, Flautas, Clarinete, así como las percusiones.

Otras participaciones

Seguido con la participación del grupo Azteca, quienes ataviados con sus trajes que representaban a los dioses Tláloc, Mictlantecuhtli, Huitzilopochtli y Quetzalcóatl, presentaron su música fusión.

Las letras interpretadas en inglés, pero basadas en documentos históricos y en leyendas populares, acompañadas por el sonido del metal, voces guturales y el retumbar de los Huehuetls, Teponaztles, Trompetas de Caracol y otros instrumentos tradicionales.

La representación de las tradiciones prehispánicas, continuaron con los danzantes Zemanahuak, quienes no son profesionales, son herederos legítimos, y quienes buscan que la sociedad entienda de dónde vienen y conozcan su pasado para poder sentir orgullo.

Tras dar un mensaje del líder de la agrupación, Ocelocoatl Ramírez, quien recordó el dolor de los antepasados pero también la esperanza, y posteriormente los tambores y caracoles resonaron en el recinto ante la ovación del público.

Y para cerrar el concierto se interpretó la Sinfonía India del mismo Carlos Chávez, en la cual los instrumentos de la orquesta se acompañan de los sonidos prehispánicos.
Con un inicio vibrante y rítmico, con tintes alegres, donde destacan los instrumentos de aliento que toman un gran protagonismo. Con el Corno francés se imprimió la nostalgia, para cerrar con una danza frenética y de regocijo.

ASME