Una artista sin empleo

Saraí Sánchez López y sus hermanos Gabriel y Cinthia se quedaron sin empleo

Saraí Sánchez López y sus hermanos Gabriel y Cinthia se quedaron sin empleo; él, músico independiente, ella psicóloga. Saly Beals, como es conocida en el medio artístico, reconoció que los tres tuvieron que regresar a vivir con sus papás.

Tras iniciar esta pandemia, en abril pasado perdió su empleo en una escuela particular, ya que reconoce que en todos los ámbitos las Artes no son una materia primordial en la actualidad. “Con ese empleo yo me mantenía, vivía sola y cubría todos mis gastos al cien por ciento, y me tuve que regresar a vivir con mis papás”.  

Recuerda que su primera inspiración fue por el baile, en particular por el rock and roll, ya que su papá tiene una gran colección de discos, con sus hermanos los escuchaban y se ponían a bailar, fue así que le pidió a su mamá que la inscribiera a una escuela.

“Inicie en Casa de Cultura, a los 8 años, actualmente tengo 30. Después de eso, todo fue en escuelas particulares. Donde considero que inicie formalmente fue a los 21 años, en la academia Danza Estudio, de Elizabeth García Rendón, con clases de jazz ballet, danza contemporánea y un poco de hip hop. He tomado clases con diferentes maestros, y en diferentes lugares. Y un tiempo con la compañía de danza contemporánea “Hombres de Maíz” dirigido por Hugo Maya”.

Y en las Artes la influencia es de sus padres, él es arquitecto y a ambos les gusta dibujar. “Lo recuerdo de niña en su estudio haciendo sus planos y hojeando sus libros. A los dos les gusta pintar con acuarela. Mi mamá también pinta y dibuja, me dio mucha influencia por la lectura. A mi abuelo paterno le gusta mucho crear cosas a partir de nada, tiene una rueda de la fortuna hecha con puro material reciclable, el motor es de una licuadora”.

Tras analizar el plan de estudios de la Licenciatura en Artes Plásticas, vio que cumplía con sus objetivos de la multidisciplicina, en particular en el arte-concepto que es su especialidad.

Ahora ha conjugado sus dos pasiones, “yo a lo que me dedico más es al estudio del movimiento corporal, tratando de conjugar mis dos carreras, las artes plásticas y la danza. Fue así como inicie a dar clases, en la Facultad me propusieron dar un taller a partir de mi investigación, que iba del movimiento corporal, que se llama Taller de Corporeidad”.

Ha tratado de salir adelante, primero vendiendo panques, que ella misma hace, aunque los vendía entre amigos y conocidos, no tuvo la respuesta que esperaba cuando intentó venderlos afuera de una iglesia, pues la gente no se acercaba y menos quería probarlos, por miedo, y considera que la venta de alimentos no es una opción. 

Ahora está trabajando en su inspiración como artista plástica, donde hace joyería con partes de una famosa muñeca de la marca Matell, y lo que empezó como consumo personal por las obras que tenía en sus creaciones artísticas, terminó en su momento siendo buenas ventas.

Empezó a crear esculturas con estas muñecas, donde les quitaba las piernas y les ponía unas llantas. “Toda mi rama conceptual es dirigida hacia el cuerpo, entonces empiezo a trabajar con lo que es la separación de las partes. Era hacer una función diferente a las piernas, pero sigue funcionando, por ejemplo, como desplazamiento, es un poco la idea de que un cuerpo que no cubre los estereotipos, ya sea de movimiento, de estética o de apariencia, a la que tenemos como estereotipada, pero no por eso no puede ejecutarla”. 

Finalmente, reconoció que hay momentos en los que anímicamente no se siente bien, ya que no ha podido retomar sus investigaciones ni hacer ejercicio, para tratar de aprovechar el tiempo que tiene, y que son directrices importantes en su formación.